jueves, 4 de diciembre de 2014

PROSTITUCION VIP: ALLANAMIENTOS EN EL HOTEL LAS NACIONES Y EN PUERTO MADERO

Veintitrés mujeres fueron rescatadas ayer del Hotel Las Naciones, ubicado en avenida Corrientes 818. Las mujeres fueron rescatadas de 37 departamentos dentro del hotel  y en dos domicilios privados de Puerto Madero.
En el expediente hay al menos siete personas imputadas. Cuatro de ellas resultaron detenidas luego de los allanamientos.
El procedimiento fue realizado por orden del titular del Juzgado Federal N°9 de la Capital Federal, Luis Osvaldo Rodríguez, en una causa en la que trabajan articuladamente la Fiscalía Federal Nº 7, a cargo de Ramiro González, y la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).
Se le ofreció “trabajar” ofreciendo servicios sexuales a los clientes del reconocido hotel.
En el allanamiento, en una de las habitaciones del cuarto piso del hotel se pudo rescatar información importante para la causa. Los investigadores se llevaron folletería que publicitaba los “servicios” que ofrecían las mujeres, preservativos, gel íntimo, ropa de mujer, botellas de bebidas alcohólicas y copas de vino.
La denuncia incial
La investigación comenzó con tres denuncias que el Protex unificó y que ahora tramitan juntas en el Juzgado Federal N°9.
La primera fue presentada por una víctima. La joven relató que hace más de ocho años llegó a Buenos Aires y comenzó a trabajar como promotora de un comercio situado en la misma cuadra del hotel allanado, publica el sitio Fiscales.gob. En 2011, le sugirieron presentarle a alguien que la podía ayudar a ganar más plata y así fue como conoció a una de las imputadas en la causa, quien le ofreció “trabajar” ofreciendo servicios sexuales a los clientes del reconocido hotel. La víctima, que se encontraba en una situación de vulnerabilidad ante la falta de recursos, finalmente accedió.
Durante su declaración, describió situaciones que dan cuenta de la explotación que sufrió: le retuvieron gran parte del dinero en concepto de gastos para la página que publicitaba los “servicios” que brindaban las mujeres que allí trabajaban y otros gastos como los de limpieza o vestimenta.
Cuando la joven quiso dejar de “trabajar” para la organización criminal, la responsable del grupo le advirtió en tono amenazante que “pensara” lo que le podía pasar si se iba de allí. Le dijo además que podría hacerle daño a su familia y hacerle brujerías a través de ritos de orden “umbanda”.

Durante la investigación se pudo identificar también a un proxeneta.